Los jugadores
Selección y nota introductoria:
Manuel de J. Jiménez.
En México se ha popularizado una frase
para describir los ímpetus artísticos: “Levantas una piedra y salen poetas”. La
hipérbole siempre se atribuye a varios poetas mayores para criticar la
trivialización de la figura (con mayúscula) del “Poeta”. Sospecho que en
realidad esa piedra forma parte de la tradición oral no sólo mexicana sino
latinoamericana que busca denunciar la proliferación de “pseudo-poetas” en las
custodiadas tradiciones. Escuché frases similares en Chile, Perú y Cuba. Pero
¿quiénes se esconden bajo una piedra? Insectos, gusanos, cangrejos y lagartijas.
Todas estas criaturas sumamente poéticas. Más allá de mofarse de las
aspiraciones poéticas de muchas personas, la imagen puede vincularse con el
carácter subterráneo o furtivo con el que los poetas o, mejor dicho, los
círculos poéticos se desarrollan y dispersan. Ante el movimiento o la
localización de los nidos, los poetas pierden el control y mudan a otra piedra
(artefacto).
Muchos críticos y criticones dirán que
son los poetas más jóvenes quienes pululan sin credenciales por los recitales y
ediciones “basureras”, carentes de los sedimentos propios en la profesión. Esos
guardianes de las letras dirán también que para satisfacer el alumbramiento de
un “Poeta” es necesario (como requisito sine
qua non) que la persona en cuestión sea primero un “poeta joven”, es decir,
alguien que es aprendiz y se está curtiendo en los duros menesteres del verso y
la metáfora. ¿Cómo se logra esto? Con sacrificio, lecturas cuidadosas, años de
“horas nalga”, talleres y, en el mejor de los casos, bajo la tutela de un poeta
mayor. Incluso, ya en un afán extremadamente formalista, los criticones
asegurarán que es necesaria una formación académica en Letras para conocer de
teoría literaria y herramientas conceptuales. Esto, en pocas palabras, son los
prerrequisitos (técnica y trayectoria) para la aceptación gremial, que pueden
ser entendidos desde la antropología como una serie de ritos y formas que
comparten varias tradiciones poéticas. Si verdaderamente de una roca salen
poetas para diseminarse por el mundo, reproducirse y crear escuelas, colectivos
o grupos, lo interesante aquí será ver de qué material es esa roca y cómo
encierra o blinda a esas criaturas locuaces. La piedra, en esta aproximación
externa, es simbiótica con el poeta (molar-molecular).
Pero desde un punto de vista interno se
observan a su vez otros flujos de legitimación y autentificación entre los
nuevos poetas, sobre todo, en aquellos que nacieron en la década del noventa
del siglo pasado. El 10 de noviembre 1989 cae el muro de Berlín y con él se
desquebraja toda una cosmovisión binaria. En ese sentido, las personas que
nacen a partir de 1990 ya no percibirán más las tensiones simbólicas que
ocasionaba la confrontación entre el sentido comunista versus el sentido
capitalista. Aunque ambos aparatos de capturas se reducen a un modo de ser a
favor o en contra del capital –lo que se conoce como perspectivas
capitalísticas– lo cierto es que el horizonte se modificó sustancialmente a
partir de esta fecha. El Capitalismo Mundial Integrado, los procesos de
globalización y la hegemonía neoliberal produjeron subjetividades más monistas
y articuladas. Así, para esta nueva generación de seres humanos, se confeccionó
una serie de agenciamientos que van desde el internet post-enciclopédico, la
música dúctil del mp3 y mp4 (a diferencia del cassete y el cd de las
generaciones anteriores) o la sociabilización virtual de los chats y después
las redes sociales. En la literatura, el primer agenciamiento capitalístico fue
crear un movimiento culturalmente mercadológico que emulara con creces los
movimientos del s. XX: la Alt Lit. La técnica es precisamente la incorporación
artificial y brumosa de un conjunto de escritores que comparten rasgos comunes,
sin someterse a la rigidez de un manifiesto ético-estético. La metodología es
el despliegue de un aparato mediático que va desde editoriales hasta blogs y
notas de prensa. A pesar de ello, ¿qué hace y quién es la Alt Lit? Nadie da
respuestas y pocos quieren responder el juego. La Alt Lit procede por
divergencias y ambigüedades. Hay que ver cómo funcionan sus reglas.
En fin, el punto que quiero subrayar es
el siguiente: los poetas nacidos en los años 90 están expuestos a estas
tensiones externas e internas que por supuesto no son exclusivas de su edad. El
riesgo es quedar deformados por las fuerzas que a veces chocan entre sí sin
considerar el rostro del poeta. En México han aparecido ya algunas antologías,
panorámicas o libros colectivos que incluyen a poetas nacidos en los 90. Más
allá de las que se preparan o algunas muestras en revistas e internet,
considero 3 libros que destacan: Los
reyes subterráneos (La Bellas Varsovia, 2015), Poetas parricidas (Cuadrivio, 2014) y Astronave (UNAM-UANL, 2013). En la primera antología, cuya
selección estuvo a cargo de Elena Medel y Luna Miguel (estrella poética de la
Alt Lit que a mi parecer es la única reconocida entre varios poetas
hispanoamericanos por el núcleo anglosajón del movimiento), constituye una
buena selección en lo que a nombres se refiere (admito no haber leído aún Los reyes subterráneos). Sin embargo, lo
preocupante es el agenciamiento capitalístico (que puede mediana o ampliamente
coincidir con la Alt Lit) con el que se levanta este libro desde una lectura
europea a manera de visor de la poesía mexicana reciente y la composición de un
catálogo fijo. Esto para nada quita el mérito de las antólogas en cuanto a su
selección y visión de la poesía mexicana desde afuera. En ese sentido es un
placer que la editorial española se entusiasme con lo que hacemos al otro lado
del charco. La otra muestra es Poetas
Parricidas que me parece un libro precipitado a diferencia de la recepción
generalizada como material precoz o prematuro. Más allá de la crítica común que
ha tenido por la paradoja del “parricidio” (el libro es el resultado de una convocatoria
abierta con la posterior selección y presentación por poetas mayores), el libro
resulta una lluvia de lugares comunes, salvo contadas excepciones. Me parece
que Poetas parricidas debió esperar
unos años más, no por los poetas sino por las poéticas.
Finalmente toca hacer un poco de
distancia y mencionar algo sobre Astronave.
Quiero en primer momento comentar, como lo hice a finales de 2012 en el
prólogo, que no consideré nunca el libro en una versión acabada y por supuesto
se incorporaron y reconfiguraron nuevas voces en el mapa. Igualmente confieso
que si hoy volviera a hacer esa panorámica, cambiaría 3 nombres. No más, porque
estos ejercicios antológicos se distinguen por comprometerse con cada una de
las poéticas. Sírvase entonces esta pequeña muestra como un post scriptum o viaje diferido de la
Astronave. Admito que a esta misma selección se le pueden añadir nombres como
Abigail Rodríguez Contreras, Augusto Sonrics o Alejandro Vázquez Hernández, etc.
La selección es de 5 poetas que no aparecen en el cuerpo de Astronave más una pequeña adenda de
Daniela Rey Serrata. Paso entonces a la lectura: levanta esta piedra y saldrán
poetas.
OMAR
JASSO (ESTADO DE MÉXICO, 1990)
SELAH
Reposo en mi corazón como mi muerte,
he perdido mi cuerpo, empuñadura de los
sueños oscuros,
bandera silenciosa que prodiga su
secreto y se amotina en las frentes de los labradores.
Me adentro en los látigos de la luz que
impele a todo lo mudo a edificar un árbol que lo juzgue y me vierto en las
ánforas y sobre tu corazón me vierto,
donde se aplaca la tiniebla es un pájaro
que bebe las goteras que llegan hasta mi ojo transparente
pero los grillos prosiguen con su
mutilación que ampara la madurez de los racimos de la sangre,
del silencio donde las hierbas
sonámbulas se tienden como manos inhospitalarias,
y yo me aflijo porque en mis labios no
caben los pechos peregrinos de una joven
y lleno de terror y hambriento arranco
los ojos de los ídolos para jugar con ellos en el vientre de la joven.
Estoy sordo pero sé de memoria las
canciones deshonrosas del incienso y sé también sus manos como ausencias que se
abren sobre los pájaros que son mentiras sagradas,
los pueblos vacilan arrojados a su ojo
leproso mientras los bueyes aran la maraña de lenguas que rasgará la costra de
la tierra y besará su propio cuerpo como un cielo.
Estoy sordo pero he esclavizado la luz
para que escriba sobre el mar los sueños de todos los traidores,
ahora que todo es verdad talo los
árboles del tiempo inasequible hasta encontrar un árbol que no sangre,
que la balanza sea y su lámpara prófuga
de seres, y el pan vertiginoso con que el trigo corona su desdicha.
Sé de la paciencia del animal que
adormece a los niños en los tembladerales, donde oscuros milagros cicatrizan y
mantean la cruz espléndida del fuego,
sé de la soledad de los eléboros cuando
apócrifas manos los denuncian en medio de la noche
y de su quemadura como un sexo perdido
donde las piedras no se satisfacen.
Marchan los médanos dormidos y los peces
como litorales del mar que los arraiga,
yo conduzco los labios de mi pueblo
sobre un muerto que la niebla lleno de dolor devana
y los hago cruzar sobre lebreles a
través de mis brazos que sostienen las infancias misteriosas:
unto mi cuerpo sobre el tuyo como la
madre que con su mano suave intenta sanar una herida
pero yo sé que no hay solución para la
hierba ni para los metálicos artífices del gozo y del chubasco,
así que a los desengañados de la muerte
los desengaño de la vida;
mientras los hongos exhalan largamente
el choque de las rocas me arrulla desde el tiempo
y cuando estoy dormido una niña se afana
en arrancar mis párpados lejanos.
Canta para mí el sermón de los amentos,
canta pues los perfumes nada esperan de las flores que profanan
ni se buscan los sabores en la boca de
los niños,
yo arrojaba campanas mutiladas delante
de la vida hasta que descubrí que el tiempo no es una agitación de imágenes,
ahora en mis entrañas el musgo huye de
todos los pueblos confundidos y hay un duende perpetuo que sabe el nombre
contrario de las cosas;
yo te imploro que cantes con tu voz
genital el sermón de los sándalos que agranda las mutilaciones de una bestia
ahuecada por profundas vestales,
parte los astros todos de los cielos que
tan sólo es el viento un hilo donde me deslizo y me rehúso a ser,
parte los astros todos y con su jugo
luminoso llena las ánforas que vagan por la tierra en pos de una boca que no
pueda beberlas,
cava en mi pecho el camino que conduce
hasta ti, úngeme con la bruma de los niños pues me remuerde el beso de las
cosas,
y aún los truncos becerros de la aurora
me miran como una luz que está de más.
Yo asciendo por el tiempo y en los
sépalos anuncio mi parábola como una dulce trampa para moscas,
semejante me dicen como un símbolo al
agua, pero mi piel exhausta se adormece en un chorro quemante que danza como
los necesitados,
veo a los muebles proclamar su liviandad
como crecientes muñones del tiempo,
por el viento rey obligados a atrancar
sus visiones en el perpetuo nacimiento de lo estático.
Yo canto y doy la espalda pero no
devengo
y alguno me sospecha hurgando en las
magnolias como pequeños crímenes.
En la tierra nadie implora por un
corazón deshabitado,
para ello han brotado sapos y cigarras
que nada tienen que ver con el ojo borroso de los seres,
he dispuesto que los grillos deshilvanen
los vientos de la noche
y construyan con ellos la música
harapienta.
El sol desheredado por la noche mendiga
su puñado de sombras en todo lo que toca,
mendicante también duerme la tierra en
lo profundo del tiempo asesinado.
Alguien ha robado mi palabra para regar
su sexo como un manojo de ausencias supurantes.
Yo sacaré tus ojos amor mío para que tu
cerebro sienta el beso de la sombra, burlaré los contornos procelosos más lejos
todavía del tiempo inconjugable.
Esta noche sabrás cómo inclinarte como
un emperador ante su propio reflejo desconocido,
aún el aire infinito es inflexible con
sus leyes improvisadas,
la libertad es un cerrojo riguroso bajo
una llave misteriosa que apenas se pronuncia se vuelve una mentira;
cuando los peces le dejan su alma al
movimiento se petrifica el movimiento,
no los peces,
tú que no eres dueño de tus manos crees
que están quietas las manos con que ases y desprecias una quietud que no
conoces
-la vida es un palacio exorbitante pero
yo tengo palacios más extraños todavía-,
yo pongo frente a ti todos los ojos de
los seres para que oscuramente los coloques en tus cuencas vacías
y conmigo reirás como un solo loco pues
tuya y mía será una sola boca
con la risa moral que no entiende la
broma que tantos ladridos impone a los perros,
hoy sin embargo la ceniza se abre paso
entre la luz que forja el humo lentamente inhalado por Dios.
MARIANNA
STEPHANIA (OAXACA, 1990)
Teníamos veintiún años y
tomábamos postday con la
misma facilidad con que
se toma una aspirina.
Nunca nos hacíamos exámenes
de sangre y cuando llegaban
los rumores de algún amante enfermo
salíamos despavoridas a
comprobar nuestra suerte.
Estábamos acostumbrados a ese juego,
excepto las que todavía eran vírgenes
y algunos que inexplicablemente
practicaban la monogamia.
Tuvimos sexo con hombres
hermosos y tristes, sin sospechar
que en el deseo de la carne
se oculta
la muerte.
Teníamos veintiún años y creímos que
seríamos siempre jóvenes,
hasta que las amigas
comenzaron a casarse,
a tener hijos,
a hablar de dos o tres temas,
a volverse grises,
pálidas,
como si estuvieran muertas.
Se nos acabaron las excusas de la inexperiencia
y aún así seguimos cometiendo los mismos errores.
Dormíamos con un rumor incesante, persistente,
recordándonos el pago de las deudas y
los libros que no teníamos tiempo de escribir.
Pero teníamos veintiún años y aún había
esperanza en los estudios, el trabajo,
o quienes todavía encontraban mérito en ser
becados y olvidados poetas.
En el fondo no queríamos nada de eso
simplemente porque no sabíamos querer.
Sólo podíamos ansiar con desesperación
algo de cariño,
alguna amistad,
tres, seis amantes,
y la satisfacción de
no tener hijos
ni un horario de oficina.
Hubo quien ya no pudo tenerlos
porque confundió las hormonas
con las mentas.
Se preguntaba el por qué
mientras gastaba
los ahorros en tratamientos de fertilidad.
Qué pronto se cubrieron de olvido
aquellos hombres
y sus enfermedades.
Al igual que nosotros, nuestros padres
tampoco fueron excepcionales.
Nos dieron todo menos lo realmente importante.
No logramos nada. Nos quedamos a medio camino
entre la locura y la estupidez.
Al final unos se quedaron babeando
en el tedioso proceso de comprarse un auto
o pagar sus deudas.
Los más valientes nunca llegaron a los treinta años.
tomábamos postday con la
misma facilidad con que
se toma una aspirina.
Nunca nos hacíamos exámenes
de sangre y cuando llegaban
los rumores de algún amante enfermo
salíamos despavoridas a
comprobar nuestra suerte.
Estábamos acostumbrados a ese juego,
excepto las que todavía eran vírgenes
y algunos que inexplicablemente
practicaban la monogamia.
Tuvimos sexo con hombres
hermosos y tristes, sin sospechar
que en el deseo de la carne
se oculta
la muerte.
Teníamos veintiún años y creímos que
seríamos siempre jóvenes,
hasta que las amigas
comenzaron a casarse,
a tener hijos,
a hablar de dos o tres temas,
a volverse grises,
pálidas,
como si estuvieran muertas.
Se nos acabaron las excusas de la inexperiencia
y aún así seguimos cometiendo los mismos errores.
Dormíamos con un rumor incesante, persistente,
recordándonos el pago de las deudas y
los libros que no teníamos tiempo de escribir.
Pero teníamos veintiún años y aún había
esperanza en los estudios, el trabajo,
o quienes todavía encontraban mérito en ser
becados y olvidados poetas.
En el fondo no queríamos nada de eso
simplemente porque no sabíamos querer.
Sólo podíamos ansiar con desesperación
algo de cariño,
alguna amistad,
tres, seis amantes,
y la satisfacción de
no tener hijos
ni un horario de oficina.
Hubo quien ya no pudo tenerlos
porque confundió las hormonas
con las mentas.
Se preguntaba el por qué
mientras gastaba
los ahorros en tratamientos de fertilidad.
Qué pronto se cubrieron de olvido
aquellos hombres
y sus enfermedades.
Al igual que nosotros, nuestros padres
tampoco fueron excepcionales.
Nos dieron todo menos lo realmente importante.
No logramos nada. Nos quedamos a medio camino
entre la locura y la estupidez.
Al final unos se quedaron babeando
en el tedioso proceso de comprarse un auto
o pagar sus deudas.
Los más valientes nunca llegaron a los treinta años.
UNA MAÑANA
No
soporto las mañanas como ésta.
Con
un cigarro él marca mi cuerpo,
quema
su nombre sobre mi espalda.
Y
no me ama.
Regreso
a casa,
me
encierro, leo libros.
Mi
madre me dice:
No
haces nada,
te
la pasas leyendo,
dices
que escribes,
pero
no te pagan.
Si
tuviera fuerzas le contestaría:
Madre:
tú predicaste tu amor con el miedo.
Tú
incendiaste mi corazón infantil
con
el temor a los otros.
Madre:
Tú me miras al borde del precipicio
y
no harás nada.
Hoy
me cosería la boca
para
obligarme a este silencio que me atraviesa,
es
una flor de fuego en medio de la garganta.
Hoy
quiero que me drenen
que
se lleven todo lo valioso que aún me queda,
-Tan
poco ahora, tan poco-
Con
alivio pondría fin a esta gran broma,
Gasolina,
cerillos,
La
noche llegaría y las llamas serían una promesa.
Mi
dolor es la frustración de no poder la luz.
Siempre
guardo silencio en mis incendios,
parece
que el fuego no nos toca
pero
ya estamos ardiendo.
GERARDO
GRANDE (DISTRITO FEDERAL, 1991)
LA EDAD ATÓMICA
Poesía de carne y hueso furia y amanecer
Ahora es posible atravesar continentes sin un centavo en el bolsillo
O caminar toda la noche en cualquier ciudad
Con una botella de ron
Y un buen amigo que se expande por el cielo
Caminar toda la noche
Hasta llegar a ninguna parte
Pero llegar a construir
Cierro los ojos y nos miro en la edad atómica
Chicos hermosos de cabello alborotado
Discutiendo largas horas bajo la lluvia
Ladran junto a los perros de la noche
Los perros que bajo el sol desaparecen
Porque saben que en la oscuridad
Se esconden las flores luminosas de los sueños
En la edad atómica se deja todo
Para lanzarse a los caminos
Y todo está bien
Todo está bien Todo está bien
La violencia de la que no se escapa está bien
Las heridas de la desilusión están bien
El cáncer del tiempo está bien
El hambre
Los edificios que se derrumban
La lluvia de dos cuerpos encontrándose por vez primera
Labios abiertos
Juegos al filo del barranco
Trifulcas
Todo está bien
Menos la inmovilidad y el silencio
Corre más rápido que la policía
La suma de los errores hace un estilo
Baila baila
Sobre las ruinas de un país sin nombre
La bandera son los niños destrozados
Las aves cantando su corazón
En el corazón de los árboles
Que miran todo
Aprendimos más en una canción de 2 minutos
Que lo supuestamente aprendido en una escuela
Rostros jóvenes que no crecerán tristes
Porque enfrentan la vida y sus miserias
Y saben que lo más hermoso se esconde en el siguiente libro
En el siguiente acuario
En la siguiente noche
En el siguiente sexo
En la próxima canción
No hay refugio
Un país abierto en los corazones
Así
en plural
Porque ahora no basta con la sístole y diástole propias
Ahora se suman el palpitar de toda la flora y toda la fauna
Del cielo y del infierno
Todos los poemas
Todas las caricias
Todo cabe dentro
En la edad atómica
Sólo hay dos maneras de vivir
la primera es disfrutar sin parar
la segunda no la conocemos.
I
Nací en un país que se perdió con el tiempo Mi patria son mis amigos Las chicas con las que llegué al
amanecer La patria son mis canciones
favoritas Tu lengua en mi boca el deseo
el hambre la soledad los disparos entre insectos Mi patria no
Mi patria nunca Mi patria nunca fue un país con nombre
definido porque el país del que vengo
perdió su nombre cuando borró las estrellas del cielo para alumbrarnos con cabezas de niños que
perdió antes de que llegara el amanecer
II
Ese país tuvo una cabellera larga y azul pero hace tiempo que de tanta vejez perdió
las ilusiones Porque los países también
envejecen Creo que cuando los viejos se
quedan sin cabello deberían irse y que
lo triste de ser un país es la inmovilidad
se aumentan las barreras geográficas
barreras mentales barreras
acuáticas barreras estelares de sangre y de dioses Siempre bajo la misma tormenta
III
En mi camino he visto hombres arrodillados bajo las
llagas del sol chicos de diamante que
echan raíces y pelean por un territorio al que no le importan como no le importa a la lluvia olvidar los
sembradíos o descargarse hasta ahogar los frutos luminosos de los sueños He visto mujeres que ponen el pecho a las
balas del hambre y de la pobreza para
después amamantar al futuro y que uno sepa que todo estará bien todo estará bien todo estará bien
IV
La noche arde y desde aquí escribo escribo lejos de casa Aprendí que no hay negro y blanco ni izquierda ni derecha sólo hay arriba y abajo y abajo significa estar muy cerca del
infierno
V
Se abre una grieta en mi pecho si escarban encontrarán un país con la flor
en la memoria verán la danza de los
niños que no conocen el sol Hay cosas
que nunca se olvidan como la guerra y la soledad.
VI
Lastima tu rostro de modelo en la sección de sociales
lástima de esta ciudad donde ya no hay espacio para
tanto destello
tu rostro asalta las calles bajo la nube de polvo
donde se pierden las llagas del sol
deberías mirar al perro que te observa
deberías mirar su hocico rabioso
y deberías mirar la rabia en la gente
de vivir estos días
hace tiempo que la belleza se encuentra en otro sitio
y todavía no lo sabes
hace tiempo que la belleza se esconde en un sitio
al que hay que llegar
con el cuerpo desollado
tuerto
y sin dientes
luego de haber inventado
miles de países
miles de poemas
para no caer arrodillado entre las ruinas de esta
ciudad
JUAN
MANUEL ZERMEÑO POSADAS (NUEVO LEÓN, 1991)
[Storyboard:
repliegue instantáneo]
VI. Subirá de tu corazón a tu canto
y te habrá purificado a ti el primero.
Gabriela Mistral
Me
comprometo a saber borrar.
A
preguntar la gran pregunta.
en
medio de un Ave María
o
al final del cierre de una boca/ el actor apaga el cigarrillo
trabaja
3 posibilidades básicas:
i.
girar a 360º esa idea de que la
literatura son cosas frescas
desperdiciar
la Historia y estaciona un verso en dos movimientos.
ii.
*
en
una situación plenamente hipotética un canon es una dicotomía
sencilla:
balance entre monumento de piedra e ingeniería robótica.
iii.
cabe
destacar que los puertos marítimos con
mayor
cantidad de gaviotas carecen de bibliotecas para aves.
:
a través del internet se observa como diferentes íconos
o
nuevas voces postburguesas
-los
golden boys-
caricaturescos
se autocolorean: llenan libros con letras.
*_
___ ____ ___ . _____ __ ____ __ _______,
__
_______á_ ______ _ __ ________ .
(Mistral
dixit)
en
un complejo poético metronormado: la esclavitud existe.
por
diferentes
formas u
estilo
poco conven-
cionales.
Cuando no
alcanza
la
otra
voz,
la
comedia
nos
parece
familiar.
Quizá,
estamos
por
rebasar
los
límites.
Quizá
debes
comen-
zar
a escribir
por
el medio.
N r
o a
m r
b
Co
tod
pala
mo
a
bra.
[Drive: la
sinfónica persistencia de un verso bello]
Descarto
prosopopeyas metalepsis anagoges
y demás proposiciones del conocimiento formal
José Kozer
a un libro de Eros
Alesi perdido
allá en donde el track del piano se lanza solemne al
desconsuelo
las cerca de trescientas sesenta y
cinco
noches en que
la cama está vacía
en capricho de una dama que se hunde
el sol en los labios
varice en la mayéutica pierna enfundada en bota de un
Zeus leucémico
las sie7e ex maravillas literarias
vuelan tras la morfina de una muerte
dulce sacra ancha cuya intervención verbal le sigue a la quema
de Alejandría vuelta velero origami en las
orillas del Adriático
ensuciarme el lenguaje con el azul retoque que le da
la mar a la voz
entre más abajo se está de ella
mancha de terciopelo escaldando la lengua de un niño
italiano
que
en pleno siglo pasado con alevosía y ventaja se llevó
la sinfónica persistencia de un verso bello
sea pues abogada mía la eléctrica noche en fuga
noche
que descorazonó a un Van Gogh antes del verano
y tras la maldita intervención de la ortográfica corte
surreal
volvió
en esfera el prisma
cromáticoversal de las horas en que me asfixio
iletrado sin ti
PABLO
ROBLES GASTÉLUM (SINALOA, 1992)
22
x 24
te pedí perdón mientras veíamos juntos
una pintura colgada en tu cuarto
creo que era tu favorita
pero cada pincelada que descubrías
parecía alterar tu pulso
y yo era un pollock con cara de imbécil
los dos en tu cama acostados en una semi
posición fetal
separados uno del otro por alrededor de
20 centímetros
cerraste los ojos llorosos y me dijiste
que te sentías como en una historia de raymond carver
¿de qué hablamos cuando hablamos de
amor? pensé
¿cuál? te pregunté
e inmediatamente supe que las preguntas
nunca llevan a ningún lado
te dije que me gustaba la pintura que
colgaba en tu cuarto
la catalogué como post impresionismo
abstracto
te di otro beso y pedí perdón de nuevo
te di otro beso y pedí perdón de nuevo
empecé a actuar como un personaje de
raymond carver a pesar de no saber cómo exactamente debía actuar un personaje
de raymond carver
mi beso tuvo un efecto menor al que se
necesita para realmente decir perdón
entonces me di cuenta que la simbología
es un imán gigante
y es mejor no entrar al campo magnético
si uno es un clip de metal
las metáforas y la pintura no se llevan
bien de la mano
tú tampoco me quisiste dar la mano
SPLENDA ES CASI AZÚCAR Y TÚ ERES CASI PERFECTA
te dejé de ver por mucho tiempo y ya
tenías fleco
te veías muy bien
pero creo que no veías tan bien
por poco te tropiezas con tu propio
zapato
lucías torpemente atractiva
lucías torpemente atractiva
yo quería hacerte el amor pero tú
contestabas mensajes en tu celular
después me diste un beso
te dije que te había extrañado y que
sabías a chile habanero
también hay un asterisco en mi forma de
quererte
te sentaste en frente y pusiste tus
piernas encima de mí
te acaricié mientras me contabas que en
parís hacía frío
ya estábamos en la cama
dijiste que ahí conmigo hacía menos frío
que en parís
entonces metí mi mano por debajo de tu
blusa
y acaricié tu pecho haciendo la forma de
un ocho
o un infinito
es la misma cosa
o por lo menos lo creía
hasta que hicimos el amor ocho veces
tal vez no fueron ocho pero sí infinitas
bajé de la cama y me sentí en movimiento
como el marinero que siente la marea aun pisando tierra
como el marinero que siente la marea aun pisando tierra
dije necesito ir al baño
volteé la cabeza y recordé que tengo una
pésima vista
a pesar de no tener fleco
de lejos eras desnuda un van gogh color
piel latina
dijiste que me querías y que tenías
sueño
te dije que parecías azúcar
y que yo no iba a poder dormir pronto
DANIELA
REY SERRATA (VERACRUZ, 1993)
Reapareces
/ tatuado / lejos y aspirando a ser un norte trascendente en el Golfo.
Cuántico/
Cyborg / fallido rododendro en primavera
Tamiahua,
cangrejero al final y al principio de todas las fases.
Los
ábacos, un sinfín de formas en los cráteres de tu dermis y la coyuntura de las
hélices.
Pensar,
distante…
Pensar
en las mantas mundiales y a los que asesinará mi telequinesis.
Una
mujer me observa y le odio generacionalmente.
Vivir
con una bomba no evitada y construida en mi cabeza.
Jamás
vendrá a mí la comunión / pero sí la genialidad y los tanques de guerra.
Invasión
y constantes, ojalá mi corazón nunca cobre substancia.
No
a los vestidos cristal. Siempre la ejecución. La suela. El cincho con la hebilla
encarnada.
Desde
los cerros los llantos. Cómo vibraba en la cima, desde entonces nunca pensé en
el conocimiento y el padecer.
Yo
controlador del futuro / Yo alteración / Implosión estelar / Catarsis que se
adhieren como salva de cedro a la laca.
♣
El
librero atascado en los rieles /
Rocoso el monte de las crisálidas
[Formulaciones y
lomos gruesos
Poems for the millenium
La caída precipita el derrumbe de
un semicuerpo cornado
Acaba el toque de queda y los
alambres de púas se zambullen a la mirada del cerro.
Belleza
exigua
Belleza
bicéfala
Cráter de mi pecho con parvadas de auras
Cinco
kilogramos de párpado robado del bolsillo, la baba en la vitrina
Siempre
/ eterna niña triste remendando camisas para los muñecos de barro
Cueva
en cual eremita con el rostro carcomido se halla hojeando madrugadas
Hasta
que conocí mis pies que fueron alas / que fueron picos / y después un par de
higos en la hierba
Miro
cansada el guiño de todos los soles, y los cánceres que brotan en mí como
azahares bellísimos