A
PROPÓSITO DE LA DIMENSIÓN 2.7
Sobre
Fractal de Pablo Lacroix y un
agenciamiento político de la fractalidad.
Yaxkin
Melchy
I. Incluso si todo, no hay nada
Es
cierto que un libro de poesía permite hablar sobre muchas cosas, más allá del
contenido asequible a primera vista, el libro de poesía tal como el libro de
ciencia contiene preguntas. Leer se trata entonces de interrelacionar nuestras
búsquedas, en el caso del libro de poesía se trata de percibir también los hallazgos
que se van entramando como una música teórica, rastros, surcos de una conciencia.
La imagen fractal es una presencia
tibia, así se anuncia ésta frase en
los primeros versos del libro, rodeando a un aro. Como una especie de
inscripción en el umbral, yo me pregunto a qué podría referirse la tibieza de una figura geométrica, cuál
es el gradiente posible de las estructuras matemáticas, quizá sea ésta la clave
de los fractales, esa tibieza que no nos da una exactitud que los defina, sino
otro umbral. Sin embargo esos gradientes de la matemática de los espacios
fractales nos permite traducir la naturaleza. A través de una estructura de
organización de lo irregular los fractales son los traductores de esas
fracturas que llamamos montañas, costas, árboles. Desde que aparecieron como
objetos matemáticos y geométricos asistimos a la traducción geométrica y
matemática de los cuerpos crecientes y decrecientes: el área de una nube que
se diluye o un copo de nieve que se expande, o el tamaño de las costas deslavándose
y ganando terrenos.
Dentro
de estas traducciones, que generaron la dimensión fractal, también podríamos
decir que por su estrecha vinculación con los cuerpos vivos lo fractal es tanto
una manera de percibir como también una manera de sentir, esto es que hay
sensaciones fractales dentro de las cartografías del arte, la religión y la
poesía. Para sentir el fractal sólo se requiere sentir las formas
enigmáticas de lo autosimilar, de la replicación que nos pierde como unidad en progresión.
Los
fractales se visualizan matemáticamente al quitar el segundo segmento de tres en
que dividimos el segmento entre el 0 y el 1, los dos segmentos restantes
vuelven a sufrir ese despojo, y así hasta una infinidad de escalas, es lo que
se conoce como conjunto de Cantor. Los fractales son así agujeramientos
paradójicos, y monstruos geométricos
como los caracterizó Poincaré.
Conjunto de Cantor
“Incluso si todo, no hay nada”[1]
Quizá
una de las maravillas de los fractales sea la autosimilaridad que los
caracteriza, esto es que “toda
parte, por minúscula que sea, contiene la información del todo“[2]. Esta galería de formas fractales que recopiló
Benoit Mandelbrot las observó también en las formas de la naturaleza, lo que nos
devuelve de nuevo a un vértigo micro y macrocósmico, en el que las formas
fractales se repiten tanto en las arterias como en las galaxias, lo único
cambiante son las escalas. El fractal entonces nos produce
aquella sensación de bosque infinito, el clásico ejemplos es que observamos
como la rama contiene la forma del árbol y el árbol a su vez ya contiene la
forma del bosque. También muchas veces las percepciones de tiempo han sido
acompañadas de fractales, si un segundo puede durar un siglo, y un siglo puede
durar un parpadeo, el tiempo no existe sino como un devenir de una dimensión
más que como una dimensión propiamente fija o relativa. Entonces el fractal nos
acompaña desde siempre en conexiones con las revelaciones divinas y el mandala.
Árbol fractal
II. Fatal dirían otros Fractal diría yo
Podríamos
subrayar que hay narrativas, y quizá poéticas sumamente fractales, o también visualizar
la literatura como una figura en que todos los libros escritos quizá sean una
forma fractal de un solo libro escrito, y todo aquello es un poco el modo de
las cajas chinas en la escritura por ejemplo de Pablo de Rokha, o los temas
presentes en las bibliotecas infinitas extraterrestres de HP Lovecraft. Sin
embargo abordar el pensamiento de una figura de este tipo se ha vuelto más
escaso en los libros de poesía reciente, y si bien el tema no deja de abrir en
nosotros una fascinación al misterio en el caso del libro Fractal de Pablo Lacroix también se abre una herida y una
desolación, un rugido del horror actual, y he ahí lo interesante, lo fractal
tiene una dimensión política. Así que cabe distinguir que hay diferencia con
respecto a obras que se valen de las formas fractales para generación de
estéticas del lenguaje, no es ese el caso, la aventura del libro escrito por
Pablo Lacroix se hace sentir más como un escenario político y afectivo sobre la
fractalidad. El fractal de Pablo Lacroix viene dado por el
sentimiento de origen “inalcanzable” que nos deja todo fractal porque no
alcanza a ser figura, pero ese sentimiento no sería funesto sino se tratara de
consentimiento al fractalizar en nosotros a la megaurbe, el capitalismo, y el
poder. Así que Pablo nos revela el sentimiento fractal de otro cuerpo creciente
que traspasa o invade al cuerpo fractal
que somos. Esa es la interdimensionalidad fractal que nos atropella. Por ello pienso que es cosa rara, un híbrido, el libro
Pablo Lacroix que a través de sus páginas con poemas y trabajos visuales a
cargo de Constanza Fox nos expone la cruzada política de la fractalidad sobre
la vida humana, sobre el cuerpo humano, su tiempo, sus ciudades, y su libertad.
Desde su inicio el lenguaje en Fractal se
muestra en una estética de lenguaje repetitivo, pero roto, una suerte de grieta
fractalizada que se intenta abrir sobre el poema como desafiando a la tierra
unida. ¿Cómo es qué sucede esto, como es que Fractal nos habla de un cataclismo que después no dejará nada, cómo
el fractal ha sido usado como vanguardia del arrasamiento? Primeramente Pablo
desarrolla a través del libro varias características de esta figura fractal,
una de ellas es el engaño al ojo, o la mente, que tiende a cerrar la figura de
lo que no es más que una prolongación infinita de la línea hacia un área que
nunca se llena o de la superficie hacia un volumen que nunca termina por
desaparecer. Ésta es la primera delantera del fractal:
Parece canal que transmite
señales
y las señales transmiten
de un tubérculo
a otro
ni siquiera es un término al
alcance del hombre
...
Aunque suene reiterativo La
Imagen Fractal es un sitio que se expande y contrae como el universo La Imagen
fractal tiene un solo principio / Como el universo / Ser un sitio en constante
expandir y contraer Aunque suene reiterativo así es La Imagen Fractal
Que
el fractal se comporte como un monstruo del engaño, es una característica bien
estudiada como la podemos encontrar en la esponja de Menger que es una
superficie fractal que parece existir en la tercera dimensión, pero que
paradójicamente mientras el fractal crece en superficie el volumen contenido
dentro tiende a desaparecer.
Esponja de Menger, a partir de la
alfombra de Serpiensky.
Geométricamente
el fractal posee su propia dimensión, para la esponja ésta es la dimensión 2.72
que es más que la de una superficie, y menos que la de un volumen aunque es
cierto, el fractal sugiere que hay ese volumen, se rodea de él, la esponja se
contamina del aura de una dimensión a la que tiende, por eso se dice que el
fractal deviene… Este devenir de los espacios fractales, Deleuze-Guattari lo
abordan como un modelo matemático del concepto de espacio liso en contraste, y
en constante intercambio, con los espacios estriados:
¿Podría
darse una definición matemática muy general de los espacios lisos? Parece que
los "objetos fractales", de Benoit Mandelbrot, van en esa dirección.
Son conjuntos cuyo número de dimensiones es fraccionario o no entero, o bien
entero, pero con variación continua de dirección. Por ejemplo, un segmento en
el que se sustituye el tercio central por el ángulo de un triángulo equilátero,
repitiendo a continuación la operación en cada uno de los cuatro segmentos,
etc., hasta el infinito, según una relación de homotecia, —un segmento de este
tipo constituirá una línea o curva infinita de dimensión superior a 1, pero
inferior a la superficie (=2)—. Parecidos resultados pueden obtenerse por agujereado,
suprimiendo "bahías" a partir de un círculo, en lugar de añadir
"cabos" a partir de un triángulo; de igual modo, un cubo que se
agujerea según el principio de homotecia deviene menos que un volumen y más que
una superficie (es la presentación matemática de la afinidad entre un espacio
libre y un espacio agujereado). También, aunque bajo otras formas, el
movimiento browniano, la turbulencia, la bóveda, celeste, son "objetos
fractales"[3]
Para
Pablo Lacroix como también Deleuze-Guattari el asunto de los espacios lisos o
fractales en el caso del tema del poema es que también corresponden a modelos
de otra índole, en el fondo son hábitos, agenciamientos que un cariz político. Por un lado lo fractal o espacio liso se puebla por lo nómada,
o se va dejando estriar por el asentamiento, sin embargo una sociedad que
deviene fractal sería aquella que pasa casi indiscernible por el medio mientras
construye “más que una línea, menos que una superficie” una sociedad nómada que
es más que un camino y menos que un estado nación, sería el caso de las
caravanas. Por otro lado, dentro del sujeto que se (de)forma en la sociedad, la
fractalidad también tiene que ver con un devenir del cerebro humano, tanto
física como visualmente aún intuimos que existe una realidad fractal a través
de la alucinación, o las intensidades que nos genera la naturaleza, ya sea la
selva el bosque o los hielos, esa forma
de ver el mundo es como una suerte de mandala, se convierte así el individuo en
algo que se habita como una serie de galerías. En el caso del ojo y las
percepciones sabemos también que éstas conocen por fractalidades, la visión es el ojo deviniendo a lo que
puede en el movimiento ver. Volviendo al libro de Pablo vemos que esos tipos de
poblamientos ya han sido suplantados, e invadidos por un poblamiento fractalizado
y nómada pero que está unido a una posterior geometría cristalizadora, al
juicio del capitalismo, una caravana que anuncia la muerte.
Pensar que todo nació
por un punto por una imagen un símbolo una ilusión pequeña pensar que todo
alguna vez fue tan pequeño como las medallas de Benoit Mandelbrot pensar que
fue tan pequeño como la imaginación de un hombre y ahora se expande y contrae
en su multiplicación sorda en esa cualidad morbosa de La Imagen Fractal que
define al gran engaño que instala los terrenos vacíos en los terrenos del
hombre en la imaginación del hombre que es tan pequeña no como La Imagen
Fractal que comenzó en un punto y ahora no termina
Como en el caso de los hongos tibetanos que
comienzan a crecer en el cerebro de las orugas, estos terminan controlándolas y
zombificándolas hasta que maduran como parásitos y la oruga muere. Entonces aparece frente a nosotros en Fractal un fractal maligno, un fractal parásito
que no es sino la máquina exploradora de una máquina de exterminio que después
de encontrar las galerías del cuerpo humano, de la mente y del espíritu no hará
sino verter sus mandos, sus órdenes, sus juicios. Que en última instancia
conducen al exterminio individual.
Caminaste sonámbulo
por tantos años
Caminaste en silencio
por los trazos de la nada
Caminaste por la nada
Caminaste por la nada
y los trazos de la edad
Pablo
plantea que estamos contaminados en este asunto fractal así que más allá de escribir
con imágenes románticas sobre una estética naturalista, los fractales también han
de considerarse lisamente desde su lado diabólico, como una suma de máquinas de
guerra de un germen político instaurador. La cuestión del crecimiento fractal como
agente canceroso viene dada por su descontrol, pero la ilusión que éste genera viene
dada por el control que opera como engaño de las percepciones:
TIC TAC las
voces reclaman eternamente
y eternamente
alguien o algo se ríe de nosotros
porque ese
alguien es un mito
una
ilusión o un simulacro
El
libro de Pablo Lacroix, revela que nuestra actual forma de alienación se
encuentra en su nivel más primario por algo que no reparamos, la simplicidad
geométrica y matemática de la autosimilitud, es por esa figura que el capitalismo se reproduce hasta las escalas
microcorporales, y es donde la máquina capitalista no es sólo el Estado
fascista o los partidos Narco-políticos, sino el logro de una similitud en
nuestras escalas de individuo, osea que se entrometen hasta en los sueños, la
imaginación y el lenguaje… Pablo Lacroix muestra que lo fractal es la metáfora
de una compleja máquina que podríamos decir vive a través de cada uno de
nosotros en este mundo, horadando el tiempo de cada quien y también su cuerpo,
creándonos no sólo las vestimentas sino también los esqueletos. Lo fractal va
calcificando las rutas sinápticas, en pos de una materialidad de pantalla
digital, creciente y dirigida a un solo tipo de interactividad: comprar. La
imagen del cerebro humano se parece a la de esos hormigueros, que en videos de Youtube[4]
usuarios muestran como les vacían aluminio hirviendo para desenterrar luego una
estatua metálica, un esqueleto fractal pero inerte, un hormiguero en el que las
hormigas ya han desaparecido, ésa es la imagen mostrada en Fractal.
Cada vez que La
Imagen Fractal se apodera de un hombre
queda
irrenunciablemente un terreno vacío
Cada vez que La
Imagen Fractal se apodera de una mujer
queda
irrenunciablemente un terreno vacío
porque así es
como trabaja La Imagen Fractal
vaciándonos
Esto hace que la sensación que nos produce el libro sea de
horror, pero también de iluminación sobre el reparo de que ese vertido es
también una forma de lenguaje:
Esa habilidad
tan valiosa de ocultar el miedo
de decirnos
“tranquilos, todo estará bien”
Esa habilidad
tan valiosa de ocultarnos el miedo
es
una de las habilidades más terribles de La Imagen Fractal
Y más adelante:
VOMITAR EN SIMULACRO
PARA LUEGO TRAGARLO Y VOMITARLO Y TRAGARLO PARA LUEGO VOMITAR Y TRAGARLO EN
SIMULACRO Y VOMITARLO OTRA VEZ
Eso, es lo que se llama la vida que
propone la globalidad neocapitalista. La fractalización del Jefe, del Estado, del
Publicista, para uso de una violencia que multiplica sus líneas del control y su
superficie, hasta el grado en que deberíamos contar nuestros intestinos y pulmones
dentro de las superficies del Mercado. Esto es que hay una forma de vida la que
se apodera de otra. No son el mismo fractal, se tratan de dos fractales, el
segundo un fractal parásito, agresivo y suplantador cuya cartografía “moderna”
demasiado tarde se nos revela ya como una tierra arrasada.
No hay señal positiva en esta geografía inhóspita
como tampoco hay señal que nos indique el camino
La conexión está perdida / el sentido terminado
No hay vía de escape
en este plano desierto
….
En cada desagüe
hay una zona muerta
En cada retina
hay una pérdida de señal
En cada mirada
hay un bloque de concreto
Levantas una
piedra y olerá a costra
Levantas tu
mirada y una piedra es el camino
Levantas la
tierra y aparecerá otro Fractal
Lo Fractal es
la tierra
La Imagen el
camino
El camino la
retina
de esta zona
M
U E R T A
III. [Bienvenido a lo imposible]
Fractal es un libro que muestra lo delirante de las obsesiones
capitalistas en su fractalización, la estética del libro, a su vez produce ese
efecto de lo autosimilar de sus versos que nos refuerza ese extraño sentir del
loop. Fractal se convierte en una
crítica poderosa a eso que a veces solamente llamamos cotidianeidad. Al mostrarnos
el trasfondo de esa cotidianeidad a través de las palabras y la participación
oral de éstas, genera Fractal una
puesta en escena sumamente (in)fluyente, que abre brechas críticas en lo que
hacemos, y decimos y somos cuando nos conformamos con la pérdida de nuestros
espacios de libertad. La modernidad, nos lo recuerda el libro, se vale de los
fractales para el cumplimiento de su ejercicio obseso e inhumano: el campo de exterminio.
Todo campo de exterminio tiene su límite
y toda imagen tiene un borde que podemos cortar
Aunque
no sabemos cómo
Si algo nos deja pensando la lectura de Fractal es cómo escapar a ese cesto de mimbre en que caen nuestras
acciones, cómo disolver esa trama flexible que nos envuelve como un ropaje y
que nos calcifica y se llama cotidianeidad, rutina, realidad e Internet. Una de
las claves está en la naturaleza del problema. Esta fractalidad moderna no
viene dada por nuestro nacimiento sino que es un fractal adquirido y que luego nos
impide reencontrarnos con el otro fractal que sí viene en nosotros: el del
nacimiento constante. Sin embargo el dilema no es el de una cuestión de
modernidad versus el retorno al tiempo pasado, sino que deberíamos expulsar
todo aquello invasor a nuestra propia modernidad, y en ello hay que despertar
un sentimiento de repulsión hacia el algoritmo monstruoso, y en su revés sentirnos
los programadores del universo.
Así como el
amor de las moléculas
La Imagen
Fractal apela a su producción
pero esta vez
solo por mitosis
esta vez solo
por repetición y engaño
porque el gran
engaño de La Imagen Fractal es figurarnos
diferencia
otorgarnos
libertades
posibilidades y
garantías
que terminan
siendo esa meiosis falsa
ese espejismo
que nace de la primera molécula
y termina en la
última / donde nunca va a terminar /
para así dar
empuje a lo que hace tanto comenzó
el
llamado amor de las moléculas
Así que la lucha que nos presenta Fractal es con y contra la fractalidad, mejor dicho contra una
fractalidad falsa, meiótica, clónica que no da cuenta de nuestros cuerpos
diversos. El revés es que también nosotros somos seres fractales, la poesía, da
cuenta de que a través del arte fractal nuestros dedos son sensibles de otros
dedos y así hasta tocar los umbrales de una piel cósmica en que podemos sentir
las ondas de lo continuo, esa es la imposibilidad de tangencia con las cosas que tocamos a
diario. La tercera característica de los fractales es su no tangencia, y en
ellos se parecen a la fascinación del lenguaje que en realidad nunca toca nada,
pero a través de él sentimos las cosas presentes y las manejamos y creamos, y
eso demuestra que la realidad de la cual somos parte ocurre como parte de una
máquina de fractalidades subentendidas, sobre conjurada por buena medida por el
pensamiento laminar de lo cuantificable. El trabajo, el tiempo y el cuerpo se
cuentan entre los laminados de esa máquina de explotación llamada capitalismo,
pero que a su vez extiende sus raíces allí donde ella no puede laminarse a sí
misma. Pensando en la poesía como algo que es otra fractalidad, una fractalidad
del lenguaje que se canaliza y hace fluir las ondas del idioma a través de su
discurso, encontramos el contrafractal poético, uno que otorga sentidos y que
como el libro Fractal denuncia a
aquél invasor.
REPENSAR EN SIMULACRO ENTENDER EN SIMULACRO ASOCIAR EN SIMULACRO
INVENTARSE EN SIMULACRO RECREARSE EN SIMULACRO CONFORMARSE EN SIMULACRO
CONSTITUIRSE EN SIMULACRO VIVIR EN SIMULACRO SENTIR EN SIMULACRO MANIPULAR EN
SIMULACRO ENTRAMPARSE EN SIMULACRO PERMUTAR EN SIMULACRO TRANSFORMAR EN
SIMULACRO PROSTITUIR EN SIMULACRO GANGRENAR EN SIMULACRO ESCRIBIR EN SIMULACRO
LEER EN SIMULACRO PERDER EN SIMULACRO PERDERSE EN SIMULACRO CRUJIR EN SIMULACRO
LLORAR EN SIMULACRO RESPIRAR EN SIMULACRO CAMINAR EN SIMULACRO TRABAJAR EN
SIMULACRO Y VIVIR Y PENSAR Y RECREAR Y CORREJIR Y ENTENDER Y RECREARSE Y
VOMITAR EN SIMULACRO PARA LUEGO TRAGARLO Y VOMITARLO Y TRAGARLO PARA LUEGO
VOMITAR Y TRAGARLO EN SIMULACRO Y VOMITARLO OTRA VEZ
Parece
imposible que casi perdidos podamos aún fabricarnos una segunda piel, un
extraño disfraz que lo cambie todo, pero esa idea pervive aún en el arte cuando
éste se realiza con la otredad, cuando se convierte en una piel que incuba, quizá sea eso la nueva fractalidad recreadora
de nuestra especie, no más ni menos, ni fuera ni dentro, sino un lazo
comunicante con los fractales antiguos y futuros. Fractal abre la interrogante por ese devenir que permita nuevamente
una comunicación y una economía con los fractales del planeta, para que el
planeta a su vez devenga fractalidad en el universo y dejaríamos entonces de
ver el espacio como un cuerpo vacío que debemos conquistar. Ésa imposibilidad
es el reto de abrir el paréntesis y conocer el indudable tatuaje, todo aquel
universo lleno de seres a través del ojo fractal de la singularidad.
Mandelbulb spirals. KrzysztofMarczak.
2009-2015
Bibliografía:
Pablo
Lacroix, Fractal, Chile: Ajiaco
Ediciones, 2015. México: Premio Interamericano de Poesía Navachiste Jóvenes
Creadores. Navachist Ediciones, 2015.
Gilles
Deleuze y Félix Guattari, Mil Mesetas, Valencia: Pretextos. 2008.
[1]
George Cantor apud Ricardo Kubrusly. “Conjuntos de Cantor” en Instituto Gauss de
Matemática. 13 de Abril de 2011 16:10. http://www.igm.mat.br/aplicativos/index.php?option=com_content&view=article&id=564:cantor&catid=85:extras
[2] Fractales
clásicos. http://www.dmae.upm.es/cursofractales/capitulo1/frames.htm,
Otros ejemplo pueden observarse en http://www.mathcurve.com/fractals/cantor/cantor.shtml
[3] Gilles Deleuze y Félix Guattari, “Lo liso y lo estriado” en Mil Mesetas, Pretextos, p.
494.
[4] Ant Hill Art. https://www.youtube.com/watch?v=MOI0bT3md7U
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